Una persona a la que le gusta sentarse, coger una buena cerveza y degustarla tranquilamente…le puede gustar este articulo.

Con la llegada de las altas temperaturas, uno de los planes que más aflora entre el público español es el de tomarse una cerveza lo más fría posible con el ansia de paliar la sed y el calor. Una acción que, sin embargo, perjudica a este líquido, al igual que una temperatura demasiado caliente, provocando que sus matices y aromas se pierdan en parte.

La extendida sentencia de que una cerveza se debe consumir a una temperatura por debajo de los 3 grados es falsa. Por su parte, cuanto más caliente esté, ésta pierde el amargor de sus lúpulos a la vez que disminuye el gas. Cada cerveza tiene su puntillo y, por ejemplo, cuanto más alcohol y más fuerte es a más temperatura debe tomarse así como las Lagers deben servirse más frías que las Ale.

¿Y cuáles son los puntos perfectos? Pues bien, por lo general una cerveza no debe beberse por debajo de 1 grado ni por encima de 12,5 grados, pero dependiendo del tipo así son las medidas establecidas:

 Poca graduación y frutales, entre 3 y 7 grados.

– Lagers ligeras, entre 1 y 4 grados.

– Pilsner y Pale Lagers, entre 3,5 y 7 grados.

 Trigo, entre 4 a 10 grados.

 Ipa, American Pale Ale, Dark Lager y Amber, entre 7 a 10 grados.

 Porter y Stout, entre 7 y 13 grados.

 Belgian Strong, Mild, Brown Ale, entre 8 y 12 grados.

Fuente:economista.es